jueves, 5 de agosto de 2010

Secuencia III: Conversación con Noa (Historia de dos amores)

En el primer plano de esta secuencia podemos ver el perfil de Emma, de pie frente al portátil, mirando al techo con los ojos cerrados y con una mano tapando su boca. Al fondo, una puerta. De repente se escuchan unos golpes, alguien está llamando y Emma dirige su mirada hacia el ruido. Al otro lado se escucha una voz femenina:

- ¿Emma? ¿Puedo pasar? Soy Noa.
­- Sí. Pasa, pasa –contesta Emma al mismo tiempo que seca su rostro con las mangas del jersey que están manchadas con rimmel y lápiz de ojos.

La puerta del cuarto se abre y al otro lado aparece una chica morena con el pelo rizado y muy arreglada. Con una sonrisa amable, Noa le pregunta a Emma:

- Vamos a ir a comer por ahí, ¿te apetece venir?
- La verdad es que no.
- ¿Cómo que no? –dice Noa– Llevas días aquí metida, con estas pintas de yonki, sin comer, recluida como un vampiro, no puedes seguir así, no es sano. Anda, venga, arréglate un poquito y sal a dar una vuelta con nosotras, ya verás cómo te animas. Lo mejor para olvidarse de las preocupaciones es ponerse guapa y cotorrear un rato con tus majísimas amigas que te queremos tanto y que nos preocupamos tanto por ti, y sí, estoy usando chantaje emocional, pero haré lo que haga falta para sacarte a la calle, espero no tener que recurrir a la fuerza.
- Es que no me apetece, estoy cansada…
- Ya. Estás cansada – replica Noa con expresión de incredulidad-. Claro, pasarse tres días tirada en la cama resulta agotador, es un esfuerzo sobrehumano… ¿Tú te crees que soy tonta? Ll evas así días y días y no te pregunté qué pasaba porque pensé que sería mejor que fuera tú la que decidiera contarlo cuando estuvieras preparada. Pero no puedes seguir como un alma en pena. Así que te vas a sentar conmigo y me vas a contar qué narices te pasa, aunque me da en la nariz que ya lo sé.
- Boh, no me pasa nada.
- Tía, ¿crees que nací ayer? No me chupo el dedo y bien sé que algo te pasa, de hecho, pongo la mano en el fuego si no es por lo de siempre: por el retrasado ese y por Lois. ¿Es o no es?
- Te estoy diciendo que no pasa na… -intenta decir Emma, pero su voz se rompe y comienza a llorar.

Noa se acerca a Emma, la abraza fuerte y le da un beso en la mejilla mientras le seca las lágrimas e intenta tranquilizarla.

- Anda, siéntate ahí –dijo señalando la cama-, cuéntamelo todo y luego nos hinchamos a chuminadas mientras vemos una peli, ¿vale?
- Vale… -dice Emma secándose la cara y sentándose en la cama-. Es que ya no puedo más, Noa, no puedo más. No sé qué hacer. No puedo olvidarlo. Hace un rato me habló Loir por el messenger y…

Mientras Emma está diciendo esto, vemos el despertador en la mesilla de noche que marca las doce y media. A continuación, exploramos el cuarto de Emma: en la cama, las dos chicas sentadas; en el escritorio, el portátil con la conversación de messenger aun abierta; en la pared, fotografías, pósters de películas y una estantería con libros y marcos de fotos; en el suelo, zapatillas, un par de botas y algunos peluches y en la mesilla de noche, otra vez el reloj que ahora marca la una y veinte.

Ahora, Noa está sentada en la cama con la espalda apoyada en el cabecero acariciando el pelo de Emma que está acurrucada con la cabeza sobre las piernas de su amiga.

- Mira –dice Noa rompiendo el silencio-, yo no te puedo decir lo que tienes que hacer, sabes bien qué es lo mejor para ti y también qué pienso de todo esto. Pero ahora tienes que decidir qué vas a hacer porque no puedes seguir así, tienes que tomar una decisión. O le das outra oportunidad más al tío ese, que es un egoísta y que te ha hecho mil y una putadas, o intentas empezar una nueva vida con Lois, que creo que está loquito por ti y está dispuesto a sacrificarse más que el otro imbécil, aunque ya sé que la distancia es una jodienda, ya lo sé…
- Es que… dios, no sé…
- A ver –dice Noa mirando el reloj-, vamos a hacer una cosa: ahora ya es un poco tarde para ir a comer con la niñas porque no te va a dar tiempo a arreglarte, por cierto necesitas una ducha con urgencia, pareces un vagabundo. Bueno, que ya es tarde, así que voy a comprar algo para comer, hago unos recados y comemos aquí en casa… Quédate aquí un ratito pensando mientras estoy fuera y valora todo lo que hablamos, no tienes que decidirte ahora, pero piénsalo con calma… Vuelto ahora mismito. No te va a dar tiempo ni a echarme de menos.

Noa se levanta de la cama, le da un beso a Emma y sale por la puerta de la habitación.

- Y dúchate ahora mismo si no quieres que te eche de casa a patadas –se escucha al otro lado de la puerta.


2 comentarios:

  1. Me encanta Noa, parece una gran amiga. Los diálogos son mi parte favorita de cualquier historia así que no sabes lo contenta que estoy de haberlos encontrado, además esta secuencia es mucho más extensa que las anteriores y con los diálogos se vuelve tan dinámica que se lee con más facilidad.

    ResponderEliminar
  2. Estoy disfrutando leyendo, tengo ganas de ver cómo solventa el problema con sus demonios interiores...

    ResponderEliminar